
Génesis 44:4-5
Habiendo ellos salido de la ciudad, de la que aún no se habían alejado, dijo José a su mayordomo: Levántate y sigue a esos hombres; y cuando los alcances, diles: ¿Por qué habéis vuelto mal por bien? ¿Por qué habéis robado mi copa de plata?
¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? Habéis hecho mal en lo que hicisteis.
José es conocido como uno de los hombres más íntegros en la Biblia, un patriarca de Israel y un tipo de Jesucristo en el Antiguo Testamento. Pero tenemos que reconocer que el Señor Jesús es el único justo, José se aproximó a Él pero no igualó su estatura de perfección.
José fue el favorito de su padre Israel, debido a que era el único de todos los hijos que tenía una mentalidad de príncipe, era excelente en todo lo que hacía, cuidaba los bienes de casa y valoraba lo que su padre podía enseñarle; en contraposición, los hermanos de José pensaban únicamente en lo temporal, sólo buscaban distraerse y pasarla bien.
De esta forma José se ganó primero el rechazo de sus hermanos y luego el odio, que los llevó a querer matarlo, pero finalmente lo vendieron a una banda de mercaderes ismaelitas que traficaban con Egipto y otras naciones. Fue así como José a los diez y siete años llegó a Egipto, fue vendido como esclavo y más tarde acusado injustamente fue echado en la cárcel; pero siempre Jehová estuvo con él.
A los treinta años y después de un difícil proceso, José pasó del calabozo al trono de Egipto, convirtiéndose en señor de la nación más poderosa en esos tiempos, luego de interpretar el sueño de Faraón.
José fue exitoso en el propósito de Dios, soportó los duros años de prueba y finalmente llegó al lugar de gobierno que el Señor le había asignado. Lo que quiero tocar aquí, es lo que sucedió después del tiempo de lucha, el peligro que viene cuando aparentemente hemos vencido al enemigo y alcanzamos la victoria.
José pasó trece años lejos de su familia, pero sobre todo lejos de Israel, quien fuera su padre y mentor; indudablemente en estos años la cultura egipcia influyó sobre José, quien lejos de su hogar espiritual se volvió vulnerable a esas pequeñas cosas que el mundo fue sembrando en él.
José sin su familia estaba sólo en Egipto, se quedó sin un modelo y un padre para cubrirlo en ese lugar. El resultado es algo que muchas veces lo hemos leído y pasado por alto: ¡José tenía una copa, la cual usaba para adivinar! ¡Egipto logró desviar a José del modelo perfecto!
Lo mismo nos sucede a nosotros cuando permitimos que los afanes de esta vida, nos vayan alejando de la congregación, de nuestros hermanos y de nuestros padres espirituales. Sin esa cobertura de la iglesia, el mundo nos comienza a permear y al no tener gente de Dios que nos aconseje, anime, enseñe y corrija; luego es triste ver como personas que estuvieron consagradas, hoy hablan y viven como cualquiera que no conoce al Señor.
Egipto tipifica el sistema del mundo y Jesús dijo que estás en el mundo, pero no eres del mundo.
José tomó la decisión correcta, decidió no estar más tiempo sólo y mandó a traer a toda su familia para que vivan con él en Egipto.
Esta misma decisión es la que te invito hoy a tomar, ya no te quedes sólo en Egipto y busca a tu familia espiritual, comienza a congregarte y vuelve a tu primer amor.
Habiendo ellos salido de la ciudad, de la que aún no se habían alejado, dijo José a su mayordomo: Levántate y sigue a esos hombres; y cuando los alcances, diles: ¿Por qué habéis vuelto mal por bien? ¿Por qué habéis robado mi copa de plata?
¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? Habéis hecho mal en lo que hicisteis.
José es conocido como uno de los hombres más íntegros en la Biblia, un patriarca de Israel y un tipo de Jesucristo en el Antiguo Testamento. Pero tenemos que reconocer que el Señor Jesús es el único justo, José se aproximó a Él pero no igualó su estatura de perfección.
José fue el favorito de su padre Israel, debido a que era el único de todos los hijos que tenía una mentalidad de príncipe, era excelente en todo lo que hacía, cuidaba los bienes de casa y valoraba lo que su padre podía enseñarle; en contraposición, los hermanos de José pensaban únicamente en lo temporal, sólo buscaban distraerse y pasarla bien.
De esta forma José se ganó primero el rechazo de sus hermanos y luego el odio, que los llevó a querer matarlo, pero finalmente lo vendieron a una banda de mercaderes ismaelitas que traficaban con Egipto y otras naciones. Fue así como José a los diez y siete años llegó a Egipto, fue vendido como esclavo y más tarde acusado injustamente fue echado en la cárcel; pero siempre Jehová estuvo con él.
A los treinta años y después de un difícil proceso, José pasó del calabozo al trono de Egipto, convirtiéndose en señor de la nación más poderosa en esos tiempos, luego de interpretar el sueño de Faraón.
José fue exitoso en el propósito de Dios, soportó los duros años de prueba y finalmente llegó al lugar de gobierno que el Señor le había asignado. Lo que quiero tocar aquí, es lo que sucedió después del tiempo de lucha, el peligro que viene cuando aparentemente hemos vencido al enemigo y alcanzamos la victoria.
José pasó trece años lejos de su familia, pero sobre todo lejos de Israel, quien fuera su padre y mentor; indudablemente en estos años la cultura egipcia influyó sobre José, quien lejos de su hogar espiritual se volvió vulnerable a esas pequeñas cosas que el mundo fue sembrando en él.
José sin su familia estaba sólo en Egipto, se quedó sin un modelo y un padre para cubrirlo en ese lugar. El resultado es algo que muchas veces lo hemos leído y pasado por alto: ¡José tenía una copa, la cual usaba para adivinar! ¡Egipto logró desviar a José del modelo perfecto!
Lo mismo nos sucede a nosotros cuando permitimos que los afanes de esta vida, nos vayan alejando de la congregación, de nuestros hermanos y de nuestros padres espirituales. Sin esa cobertura de la iglesia, el mundo nos comienza a permear y al no tener gente de Dios que nos aconseje, anime, enseñe y corrija; luego es triste ver como personas que estuvieron consagradas, hoy hablan y viven como cualquiera que no conoce al Señor.
Egipto tipifica el sistema del mundo y Jesús dijo que estás en el mundo, pero no eres del mundo.
José tomó la decisión correcta, decidió no estar más tiempo sólo y mandó a traer a toda su familia para que vivan con él en Egipto.
Esta misma decisión es la que te invito hoy a tomar, ya no te quedes sólo en Egipto y busca a tu familia espiritual, comienza a congregarte y vuelve a tu primer amor.