CUANDO REGRESAR NO ES RETROCEDER, por Apóstol Luis Reyes


Mateo 2:19-21
Pero después de muerto Herodes, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José en Egipto, diciendo: Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a tierra de Israel, porque han muerto los que procuraban la muerte del niño.
Entonces él se levantó, y tomó al niño y a su madre, y vino a tierra de Israel.


Hoy quiero compartir acerca de un clamor que es permanente en la Palabra de Dios, es un llamado a regresar, a volver al lugar de ubicación y propósito en el Señor.

Vivimos en un medio en que hemos sobrevalorado el tiempo y estamos tan presionados en echarle para adelante, avanzar; que está fuera de todas nuestras posibilidades el volver atrás. Como consecuencia de esto, hemos llegado a considerar que todo lo que me haga volver atrás es como retroceder.

Pero yo quiero demostrarles a ustedes, por la palabra, que hay ocasiones en que regresar no es retroceder, sino que es avanzar.

En términos generales Dios nos llama a volver cuando:
- estamos en un lugar en el que Él no puede obrar.
- hemos tomado un camino que se ha desviado de su voluntad.

Santiago 5:19-20
Hermanos, si alguno de entre vosotros se ha extraviado de la verdad, y alguno le hace volver, sepa que el que haga volver al pecador del error de su camino, salvará de muerte un alma, y cubrirá multitud de pecados.


En Santiago no está hablando de los pecadores, sino de los hijos de Dios, que un día caminaron en la perfecta voluntad del Padre; pero que se apartaron tomando “su” camino, un camino donde el alma está muerta y hay multitud de pecados. Por eso dice que es bienaventurado el que le hace regresar al camino de Dios, a Cristo, al camino de la verdad.

Esta es una doble bendición: para el que vuelve y para el que le hace volver.

Si ya estás ubicado en Su camino, entonces tienes que ser experto en hacer volver a los que se extraviaron.

Mira lo que se produce cuando alguien se regresa: salva su alma de muerte y cubre multitud de pecados.

Hermanos este fruto no es retroceder, aquí regresar es avanzar. Es como estar al borde de un precipicio, si quieres salvar con vida tienes que regresar, si regresas avanzas.

A través de la palabra, quiero que veamos algunas circunstancias en las que regresar es avanzar, porque resultó en ganancia para los que volvieron.


1.- Volver a la casa del pan.
Ruth 1:19-22
Anduvieron, pues, ellas dos hasta que llegaron a Belén; y aconteció que habiendo entrado en Belén, toda la ciudad se conmovió por causa de ellas, y decían: ¿No es ésta Noemí?
Y ella les respondía: No me llaméis Noemí, sino llamadme Mara; porque en grande amargura me ha puesto el Todopoderoso.
Yo me fui llena, pero Jehová me ha vuelto con las manos vacías. ¿Por qué me llamaréis Noemí, ya que Jehová ha dado testimonio contra mí, y el Todopoderoso me ha afligido?
Así volvió Noemí, y Rut la moabita su nuera con ella; volvió de los campos de Moab, y llegaron a Belén al comienzo de la siega de la cebada.

Cuando Noemí se fue de Belén era tiempo de hambre, ella salió junto con su esposo y sus dos hijos; salieron de la tierra de Israel y se fueron a Moab, lejos de la cobertura de Dios. Allí en tierra ajena tuvo que enterrar a su familia, había perdido a sus seres amados. Cuando se vio sola, pobre, hambrienta y desamparada, decidió regresar a Belén.
Imagínese ella se fue con hambre, pero volvió grandemente amargada y con las manos vacías.
En tanto Dios había visitado a su pueblo y les dio pan.
Hay momentos en que sentimos que Dios no nos habla como queremos, que no nos bendice como merecemos; pero no es razón para salir de la casa y de la cobertura de Dios.
Pablo decía que nada lo iba a separar del amor de Dios en Cristo Jesús y de la victoria, ni siquiera hambre, desnudez, peligro o espada.
Confiemos en Dios, ya que El no avergüenza a los suyos, espera, porque tarde o temprano Dios visitará con pan a su pueblo.

2.- Volviendo al primer amor.
Revelaciones 2:2-5
Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.

La iglesia de Efeso tenía muchas virtudes, pero todas juntas ellas no podían contrapesar su olvido, se habían apartado del primer amor.
La palabra dice que se habían caído, su pecado era grande, olvidarse de Dios.
De la misma manera hoy podemos presentarnos como gente ocupada en las cosas de Dios, pero ¿estamos vibrando con lo que hacemos? ¿En medio de nuestro servicio está la presencia de Dios? ¿Está el en primer lugar?

3.- Volviendo a la casa del padre.
Lucas 15:20-24
Y levantándose, vino a su padre. Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó.
Y el hijo le dijo: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, y ya no soy digno de ser llamado tu hijo.
Pero el padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies.
Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse.

Este hijo, el pródigo, tenía todo lo que necesitaba en la casa de su padre, pero pensó que ya era tiempo de independizarse, así que tomó su parte de la herencia y se fue a tierra extraña. Todos sabemos lo que le sucedió: mal invirtió su dinero, se juntó con gente incorrecta y terminó en un trabajo humillante para cualquier judío.
El hambre lo hizo pensar que en la casa de su padre, hasta el menor siervo tenía abundancia de pan y él pereciendo de hambre.
Note lo que dice: volveré y le diré a mi padre. He pecado contra Dios y contra ti. No soy digno (humildad), hazme como uno de tus jornaleros.
Y así lo hizo, regresó y el padre lo recibió, pero además le vistió, puso anillo en su mano, calzado en sus pies e hizo fiesta.
Note sus palabras: mi hijo muerto era y ha revivido, se había perdido y es hallado.
Quiero que por un momento se ponga en la posición de este hijo.
¿Cuan difícil debe haber sido para él regresar?
Pensar como lo recibiría su padre, sus hermanos y los jornaleros; pero miró su condición, dejo su orgullo atrás y vino a la casa.
Es verdad que habían muchas dudas en él, pero creo que algo lo llevó a levantarse y emprender camino de regreso: el corazón del padre, sabía que Dios lo movería a misericordia.

4.- Volver a tomar las armas espirituales.
2Sa 11:1 Aconteció al año siguiente, en el tiempo que salen los reyes a la guerra, que David envió a Joab, y con él a sus siervos y a todo Israel, y destruyeron a los amonitas, y sitiaron a Rabá; pero David se quedó en Jerusalén.
David en lugar de salir a la guerra se quedó en casa y cayó en la tentación de la carne. Este capítulo de la Biblia es el más oscuro de David; su pecado trajo muchas consecuencias en su vida y en la de otros.
Pero así como hay un capítulo 11, también hay un 12 el capítulo en el que David volvió al Señor, se arrepintió y la nació Jedidías también conocido como Salomón.
2Sa 12:29 Y juntando David a todo el pueblo, fue contra Rabá, y combatió contra ella, y la tomó.
David volvió a tomar su lugar como rey guerrero y conquistador.
Hay hermanos que dejaron sus armas espirituales, se acomodaron y por eso en su casa no hay bendición.
Vuelve a levantarte como guerrero, que hay nuevas conquistas, las más grandes victorias no han llegado todavía, pero vienen.